El río Guadalquivir se quejaba una mañana: me tengo que decir entre Cazorla y Doñana y no sé cómo elegir.
La libertad no la tienen los que no tienen su sed
Me marché con el puño cerrado... Vuelvo con la mano abierta.
Yo nunca seré de piedra, lloraré cuando haga falta, gritaré cuando haga falta, reiré cuando haga falta, cantaré cuando haga falta.