Aquel que trabaja con sus manos es un labrador; aquel que trabaja con sus manos y su mente es un artesano; aquel que trabaja con sus manos, su mente y su corazón es un artista.
Empieza haciendo lo necesario, continúa haciendo lo posible; y de repente estarás haciendo lo imposible.
Recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevarte contigo nada de lo que has recibido, sólo lo que has dado.
Sus actos pueden ser el único sermón que algunas personas escuchan hoy en día.