Acá hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse.
Algunas cosas del pasado desaparecieron pero otras abren una brecha al futuro y son las que quiero rescatar.
Aunque nos olvidemos de olvidar seguro que el recuerdo nos olvida.
Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo.
Contra el optimismo no hay vacuna.
Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.
Cuando el infierno son los otros, el paraíso no es uno mismo.
Desde que los hijos educan a sus padres, se acabaron los complejos de Edipo.
En ciertos oasis el desierto es sólo un espejismo.
No olvida quien finge olvido sino quien puede olvidar...