Hoy día, el cine estadounidense representa el más importante vehículo inconsciente de propaganda del mundo. En la medida en que están diseñadas para satisfacer las demandas del mercado, las películas reflejan, recalcan e incluso exageran las tendencias populares más generalizadas, en lugar de fomentar nuevas ideas y opiniones.
Las nuevas actividades reclaman nuevas nomenclaturas. El propagandista que se especializa en la interpretación de las empresas y las ideas para el público, y en interpretar el público para los impulsores de esas nuevas empresas e ideas, ha terminado conociéndose con el nombre de "asesor en relaciones públicas".
Si puedes influir en los líderes, ya sea con su colaboración consciente o sin ella, automáticamente influyes sobre el grupo que les sigue.