Con frecuencia una falsa alegría vale más que una tristeza cuya causa es verdadera.
Divide las dificultades que examinas en tantas partes como sea posible para su mejor solución.
Dos cosas contribuyen a avanzar: ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino.
Hasta una falsa alegría suele ser preferible a una verdadera tristeza.
La lectura de todo buen libro es como una ‘conversación’ con los hombres más esclarecidos de siglos pasados; una conversación selecta en la cual nos descubren sus mejores pensamientos.
La multitud de leyes frecuentemente presta excusas a los vicios.
Leer un libro enseña más que hablar con su autor, porque el autor, en el libro, sólo ha puesto sus mejores pensamientos.
No basta tener buen ingenio; lo principal es aplicarlo bien.
No hay nada repartido más equitativamente en el mundo que la razón, todo el mundo está convencido de tener suficiente.
¡Mi único deseo es conocer el mundo y las comedias que en él se representan!.