Cada uno es ortodoxo con respecto a sí mismo.
Dios ha creado al hombre como un animal sociable, con la inclinación y bajo la necesidad de convivir con los seres de su propia especie, y le ha dotado, además, de lenguaje, para que sea el gran instrumento y lazo común de la sociedad.
Dios me libre de las aguas mansas que de las bravas me libraré yo.
La esperanza de una felicidad eterna e incomprensible en otro mundo, es cosa que también lleva consigo el placer constante.
Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.