Dios no quiere hacerlo todo, para no quitaros el libre albedrío y aquella parte de la gloria que os corresponde.
El fin justifica los medios.
El que quiere ser tirano y no mata a Bruto y el que quiere establecer un Estado libre y no mata a los hijos de Bruto, sólo por breve tiempo conservará su obra.
En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven.
La habilidad y la constancia son las armas de la debilidad.
Los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio.
Los hombres prudentes saben labrarse siempre un mérito de lo que la necesidad les fuerza a hacer.
Todos los Estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al pueblo al descontento.