Dichoso el hombre que ha encontrado la sabiduría y el hombre que alcanza la prudencia; más vale su ganancia que la ganancia de plata, su renta es mayor que la del oro. Más preciosa es que las perlas, nada de lo que amas se le iguala. Largos días a su derecha, y a su izquierda riqueza y gloria. Sus caminos son caminos de dulzura y todas sus sendas de bienestar. Es árbol de vida para los que a ella están asidos, felices son los que la abrazan.
Donde hay soberbia, habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría.
El amor es fuerte como la muerte; los celos son crueles como la tumba.
El corazón alegre hace tanto bien como el mejor medicamento.
El temor de Jehová es el principio del conocimiento. La sabiduría y la disciplina son lo que han despreciado los que simplemente son tontos.
Fraude en el corazón de quien trama el mal; gozo para los que aconsejan paz.
Hijo mío, guarda la prudencia y la reflexión, no se aparten nunca de tus ojos: serán vida para tu alma y adorno para tu cuello. Así irás tranquilo por tu camino y no tropezará tu pie.
Porque la sabiduría es para una protección, lo mismo que, el dinero es para una protección; pero la ventaja del conocimiento es que la sabiduría misma conserva vivos a sus dueños.
Siembra tu semilla por la mañana y no dejes que tu brazo descanse hasta la tarde, porque no sabes si es esto o aquello lo que va a prosperar, o si ambas cosas son igualmente buenas.
Una generación se va, y una generación viene; pero la tierra subsiste aún hasta tiempo indefinido.