A veces, el silencio es la peor mentira.
Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da.
Conforme voy entrando en años, busco cada vez más, a través de los escritos con que apaciento mi espíritu, todo lo que haya de bondad en las almas de quienes escribieron.
Creo en Dios porque creo a Dios.
Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee.
El fascismo se cura leyendo y el racismo se cura viajando.
Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos.
La inmortalidad del alma es un dogma filosófico pagano.
La patria de un hombre es su infancia.
Lo sabe todo, absolutamente todo. Figúrese lo tonto que será.