El secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez, lo cual quiere decir nunca perder el entusiasmo.
Las palabras están ahí, para explicar el significado de las cosas, de manera que el que las escucha, entienda dicho significado.
Es necesario liberarse de la fundamental incapacidad humana que constituye el egoísmo materialista.