Cuando algo termina, termina. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia. Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegó a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado. Cuatro Leyes de la Espiritualidad (cuarta)
Las personas lo suficientemente locas como para pensar que se puede cambiar el mundo, son las que lo cambian.
De cada persona hay una historia.Hay una razón por la cual es como es. Piensa en eso antes de juzgar a alguien.
El rival más duro está en tu cabeza.
Pregúntate si lo que estás haciendo hoy, te llevará a donde quieres estar mañana.
La imaginación vuela sola, lo importante es saber como aterrizarla bien.
La belleza de lo que se mira no está en lo que se ve, si no en lo que nos trasmite.
Cuando la muerte me mire a los ojos desafiante y me diga -Ha llegado tu hora-. Yo la miraré y le diré -has llegado tarde, ya he vivido-
Si le confias tu secreto a alguién, no sólo te estás desnudando ante él, sino también le estás concediendo poder.
Todos los días no podrán ser buenos, pero siempre hay algo bueno en cada día.