Nosotros no heredamos la tierra de nuestros ancestros; solo la tomamos prestada de nuestros hijos.
Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.
Hace poco el que hace mucho pero no lo que debe hacer.
Del árbol del silencio pende el fruto de la seguridad.
Aunque tengas setenta consejeros, aconséjate primero a ti mismo.
Las cosas más importantes de la vida, no son cosas.
Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.
No hay árbol que el viento no haya sacudido.
¿Qué ve el ciego, aunque se le ponga una lámpara en la mano?